Una vez al año, el Foro Económico Mundial de Ginebra celebra un encuentro regional en América Latina. En el evento se analiza la situación de la economía global y se debate sobre los retos de los jóvenes emprendedores.
En frente del centro de congresos, en Medellín, manifestantes protestan contra las negociaciones de paz entre el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC. Dentro del edificio, Juan Manuel Santos, presidente del país sudamericano y coanfitrión del Foro Económico Mundial para América Latina 2016, se muestra jovial y confiado. Delante de los ojos de múltiples periodistas y cientos de empresarios, el mandatario colombiano busca promocionar su rumbo político, con la esperanza de que éste traiga paz y bienestar.
La lucha entre las guerrillas y el Estado ha cobrado la vida de más de 200.000 personas. “50 años de enfrentamientos violentos son suficientes”, dice Santos con determinación. “Después de la guerra, ahora viene la paz. Colombia es un país en transformación”. No obstante, el presidente no menciona delante del público internacional que los diálogos de paz en Cuba actualmente no avanzan.
Desarrollo Positivo
En cambio, promete un futuro color rosa para Colombia con tasas de crecimiento entre el ocho y el diez por ciento tras la firma del acuerdo de paz. Santos recuerda que aún queda mucho por reconstruir, para que los ocho millones de refugiados internos puedan regresar a sus tierras.
El mandatario hace muchas promesas. En los próximos años, dice, se invertirá en la ampliación del sistema educativo y en nuevas tecnologías. 25 mil millones de dólares estadounidenses se destinarán a la infraestructura. A través de las llamadas alianzas público-privadas, inversionistas privados podrán participar en el proyecto. No obstante, no todos los asistentes al foro creen en esas promesas. Y es que, durante mucho tiempo, el país vivió por encima de sus posibilidades, impulsado por los altos precios de las materias primas.